La eficiencia energética en los edificios es un tema prioritario en la planificación, construcción y reforma de inmuebles. Las ciudades del futuro deben ser sostenibles gracias al uso de todas las herramientas disponibles. Tanto el ahorro en el consumo, como la optimización de los recursos energéticos disponibles marcan, sin lugar a dudas, una de las prioridades de estudios de arquitectura, constructoras y propietarios. El acristalamiento es uno de los aliados para las construcciones sostenibles, ya que aporta numerosos beneficios.

¿Qué aporta el acristalamiento a un edificio? Materiales sostenibles y fáciles de reciclar, líneas elegantes que no pasan de moda, aprovechamiento de la luz natural y una capa exterior que protege las viviendas sostenibles de climas extremos. Estas son algunas de las características que aporta el acristalamiento a un edificio. Sin embargo, no quedan aquí los numerosos beneficios que supone la incorporación de fachadas, cortinas de cristal, barandillas o techos móviles, en todo tipo de construcciones.

La eficiencia energética en los edificios acristalados

Optimizar los recursos para potenciar la eficiencia energética es posible gracias a numerosas soluciones arquitectónicas. Al afrontar el diseño y planificación de edificios desde una perspectiva de consumo responsable, podemos encontrar los edificios sostenibles, fabricados con materiales naturales y centrados en disminuir el consumo de los recursos, hasta hogares dotados de sistemas de autoabastecimiento energético o las llamadas viviendas pasivas, con emisión cero. El acristalamiento se adapta a cualquier solución arquitectónica en sintonía con el medio ambiente.

Reducción del consumo energético

El consumo energético en un edificio se centra principalmente en varios sistemas como la calefacción, el aire acondicionado, la iluminación, así como otros sistemas centrados en facilitar agua caliente. A estos consumos base de cada vivienda se suman otras instalaciones comunes como pueden ser piscinas, ascensores o jardines. El acristalamiento aporta a las viviendas una capa extra que permite mantener la temperatura interior de cada hogar.

Eficiencia energética y luz natural

La eficiencia energética, sin lugar a dudas, está directamente relacionada con la luz natural. Un edificio que aprovecha al máximo la entrada de la luz se acercará más a la eficiencia energética. El vidrio templado es capaz de aprovechar el 100% de la luz natural disponible, disminuyendo así la factura de electricidad.

Climas extremos y acristalamiento

Colocados en techos móviles, utilizados para cubrir fachadas o pensados para crear barandillas o cubrir porches o terrazas, los acristalamientos Lumon soportan vientos de hasta 250 km/h. De igual modo, se convierten en protecciones frente al sol, sobre todo, dotados de estores solares que permiten distintas posiciones, seleccionando así el mejor modo de proteger la vivienda en las horas de mayor impacto. Esta característica está directamente relacionada con la eficiencia energética, ya que el sol y el viento son los máximos responsables de los incrementos y bajadas de temperaturas. En este sentido, el vidrio templado se convierte en un aliado de los beneficios frente a climas extremos.

La durabilidad también mejora la eficiencia energética

Desde la perspectiva de la eficiencia energética podemos centrarnos en aspectos más cotidianos en torno a la vivienda, pero también, podemos valorar otras cuestiones relacionadas con todo el proceso de construcción, valorando tanto el consumo energético generado como la emisión de C02 que ha supuesto. En este sentido, la durabilidad de los materiales se convierte en una pieza fundamental para optimizar al máximo los recursos disponibles. La primera instalación de Lumon se fabricó e instaló en Finlandia hace más de 40 años. Hoy en día sigue funcionando, gracias a la durabilidad de los materiales y a un sistema de mantenimiento sencillo.

Compensar la huella de carbono

Siguiendo la senda de las emisiones que generan los diferentes procesos implicados en la construcción de un edificio, el acristalamiento compensa la huella de carbono en poco más de tres años. Este hecho convierte al vidrio en uno de los materiales más sostenibles, fáciles de reciclar y al mismo tiempo fiables y duraderos para la construcción de edificios de obra nueva, pero también para acometer reformas en todo tipo de construcciones.

Otros beneficios del acristalamiento, más allá de la eficiencia energética

Además de la eficiencia energética, el acristalamiento aporta numerosos beneficios a los edificios en otras cuestiones importantes para potenciar la calidad de vida en su interior. Al aprovechamiento de la luz natural, la durabilidad o la compensación de la huella de carbono, se suman características como la seguridad o la reducción del ruido.

Mayor seguridad en los edificios acristalados

Las cortinas de cristal permiten aumentar la seguridad de las viviendas situadas en edificios acristalados. Su cierre de seguridad evita la entrada de intrusos, pero también marca la diferencia cuando los propietarios tienen niños pequeños o mascotas que puedan correr riesgo en la terraza. En algunos casos, este sistema sustituye al uso de una alarma, por lo que también ayuda a reducir el consumo energético en el hogar.

Reducir el ruido también es eficiencia energética

La acústica del espacio es esencial para la calidad de vida y en cierta medida también afecta de forma directa a la eficiencia energética de los edificios. Las cortinas de cristal evitan la entrada de ruidos exteriores y son ideales para viviendas situadas en zonas de ocio, cerca de parques infantiles o en áreas con mucho tráfico. Los decibelios dentro de la vivienda permitirán evitar el uso de sistemas de amplificación de sonido, por lo que, de algún modo, también afectarán a la eficiencia energética del edificio.

Otras recomendaciones para reducir el consumo energético

Más allá del acristalamiento, existen otras recomendaciones que ayudan a reducir el consumo energético.

Iluminar con sensores y leds

La utilización de sensores y la instalación de luces led en el edificio permitirán un ahorro considerable de la energía necesaria para mantenerlos iluminados. Este tipo de sistemas implementados desde el proyecto, apoyan, por tanto, una reducción del coste de mantenimiento mensual del edificio o comunidad de vecinos. Del mismo modo, se puede instalar dentro de las viviendas, generando un lugar adaptado a las necesidades energéticas del futuro.

Invertir en sistemas eficientes en materia de energía

Tanto los electrodomésticos, como los sistemas de calefacción o aire acondicionado, deben contemplarse dentro de los modelos A+ de cara a asegurar el mínimo consumo energético en cada vivienda. En el caso de sistemas centralizados existen calderas de biocombustible como los pets, así como otros sistemas pensados para aprovechar la energía eólica, térmica o solar. Del mismo modo, es posible implementar la domótica, que generará un control exhaustivo de todos los consumos y será capaz de ayudarnos a gestionar el día a día.

Placas solares para reducir el consumo energético

Las placas solares permiten gestionar de un modo más sostenible recursos tan valiosos como el sol. Estos sistemas permiten generar viviendas limpias y capaces de producir la mayor parte de energía que necesitan para funcionar. Para ello es importante pensar en el mejor modo de determinar cuántas placas solares necesita . Sin lugar a dudas, un complemento perfecto para crear los edificios del futuro, pensados para generar el mínimo consumo y la máxima eficiencia.